
Las
mujeres de la “Casa X”, un crudo registro fotográfico de las prostitutas
retiradas de la Ciudad de México Por: Redacción / Sinembargo - diciembre 2 de
2013 - 0:00 De revista, Fama, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 38
comentarios Foto: Malcolm Venville Foto: Malcolm Venville Ciudad de México, 2
de diciembre (SinEmbargo).- A tan sólo unas cuadras de distancia de las
atracciones turísticas, al norte del Centro Histórico de la Ciudad de México,
se encuentra lo que, con facilidad y sin el conocimiento profundo, es
catalogado llanamente como un “área problemática”; un sitio del que incluso las
personas que han estado toda su vida en la capital, se alejan de él cuando cae
la noche, pero que no por ello deja de ejercer cierta fascinación entre los que
no son naturales del lugar. De esta manera, las leyendas –ya sean ciertas o mal
infundadas– sobre Tepito indican que este barrio bravo enclavado en el corazón
de la colonia Morelos es un microcosmos autosuficiente y dicen (los que saben)
que en ninguna parte la sensación de vida es más real que aquí. La historia le
da cierta razón a la afirmación y, si bien, en sus cinco siglos de existencia
la zona que ya no es el imperio Azteca, no quita el hecho que en ella incluso
los conquistadores y las instancias legales hayan sido sometidos. Justo en el
centro del barrio se encuentra la Casa Xochiquetzal, el primer refugio para
prostitutas institucionalizado, reconocido por el Estado en la región de
América Latina. Sin embargo, el surgimiento de este espacio no fue producto de
la casualidad, la chispa decisiva para su creación se dio en Carmen Muñoz quien
–luego de pasar una noche por las calles oscuras de la Ciudad de México en
busca de clientes– se encontró con dos colegas suyas durmiendo en la calle,
cubiertas con periódicos. Ambas tenían aproximadamente dos tercios de su vida
de casi 60 años dedicadas a trabajar en las calles. Sus familias y la sociedad
las habían dejado en el olvido, abandonadas a su suerte. Así con esta historia
de casi cuarenta años de dar servicio a carniceros, porteros, recolectores de
basura e incluso a delincuentes fue Carmen se enfrentó a la triste realidad del
retiro por la dolorosa vía del olvido. Fue así que decidió enfrentar a su
propio destino y al de la mayoría de las mujeres de su profesión e iniciar una
lucha por la dignidad de todas ellas, organizando a sus compañeras y liderando
un grupo que decidió encontrar un hogar en el cual pudieran pasar sus últimos
días en un ambiente de seguridad y calidez. Foto: Malcolm Venville Foto:
Malcolm Venville De esta manera, el proyecto Casa Xochiquetzal se creó en 2006
“para dar respuesta a las necesidades de trabajadoras sexuales de la tercera
edad que excluidas de la sociedad y de sus propias familias tenían que pasar la
noche en calles”, dice el sitio web en el que esta historia es contada como
prueba de que los años dejan caer su peso sobre todos y, en el caso de las
trabajadoras sexuales, es implacable en la mayoría de los casos. “En agosto del
2009 se crea la asociación civil ‘Mujeres, Xochiquetzal en lucha por su
dignidad, A.C.’, que a la fecha –dice el sitio– opera el proyecto con muchas
dificultades para poder solventar los gastos del personal que atiende el
albergue, así como las necesidades de las habitantes.” Es entonces que entra en
escena el director y fotógrafo Malcolm Venville, quien se dio a la tarea de
realizar un proyecto fotográfico tan riguroso e igualmente audaz, visitado las
mujeres de Casa Xochiquetzal. Así, sin vergüenza por sus cuerpos que muestran
claramente los signos de los tiempos, estas mujeres posan delante de la cámara
de Venville e irradian tal alegría que opacan las historias sórdidas que las
han marcado tras trabajar durante décadas en las calles de la capital de
México. Fue así que surgió el libro The Women of Casa X (Las mujeres de la casa
X), un recorrido visual de 112 páginas, editado por Schilt Publishing, que
acaba de ser publicado hace apenas unas semanas y reúne los retratos de algunas
de las integrantes de este refugio ubicado en el corazón de uno de los lugares más
enigmáticos del México contemporáneo. El fotógrafo británico realizó un
registro crudo de una realidad desquiciada. Sin embargo, como complemento a las
imágenes de Venville también se encuentran una serie de entrevistas
sorprendentemente francas con las mujeres de la Casa Xochiquetzal realizadas
por la escritora mexicana Amanda de la Rosa. Estos son los retratos y
testimonios de treinta y cinco sobrevivientes del monstruo de la ciudad, las
cuales tienen mucho que decir acerca del México que horroriza, además del lado
más oscuro de la naturaleza del ser humano y de lo que –en general– significa
la vida en un barrio pobre en América Latina.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/02-12-2013/830918. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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Las mujeres de la “Casa
X”, un crudo registro fotográfico de las prostitutas retiradas de la
Ciudad de México
Por: Redacción / Sinembargo - diciembre 2 de 2013 - 0:00
De revista, Fama, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 38 comentarios
Foto: Malcolm Venville
Foto: Malcolm Venville
Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).- A tan sólo unas cuadras
de distancia de las atracciones turísticas, al norte del Centro
Histórico de la Ciudad de México, se encuentra lo que, con facilidad y
sin el conocimiento profundo, es catalogado llanamente como un “área
problemática”; un sitio del que incluso las personas que han estado toda
su vida en la capital, se alejan de él cuando cae la noche, pero que no
por ello deja de ejercer cierta fascinación entre los que no son
naturales del lugar.
De esta manera, las leyendas –ya sean ciertas o mal infundadas– sobre
Tepito indican que este barrio bravo enclavado en el corazón de la
colonia Morelos es un microcosmos autosuficiente y dicen (los que saben)
que en ninguna parte la sensación de vida es más real que aquí. La
historia le da cierta razón a la afirmación y, si bien, en sus cinco
siglos de existencia la zona que ya no es el imperio Azteca, no quita el
hecho que en ella incluso los conquistadores y las instancias legales
hayan sido sometidos.
Justo en el centro del barrio se encuentra la Casa Xochiquetzal, el
primer refugio para prostitutas institucionalizado, reconocido por el
Estado en la región de América Latina. Sin embargo, el surgimiento de
este espacio no fue producto de la casualidad, la chispa decisiva para
su creación se dio en Carmen Muñoz quien –luego de pasar una noche por
las calles oscuras de la Ciudad de México en busca de clientes– se
encontró con dos colegas suyas durmiendo en la calle, cubiertas con
periódicos. Ambas tenían aproximadamente dos tercios de su vida de casi
60 años dedicadas a trabajar en las calles. Sus familias y la sociedad
las habían dejado en el olvido, abandonadas a su suerte.
Así con esta historia de casi cuarenta años de dar servicio a
carniceros, porteros, recolectores de basura e incluso a delincuentes
fue Carmen se enfrentó a la triste realidad del retiro por la dolorosa
vía del olvido. Fue así que decidió enfrentar a su propio destino y al
de la mayoría de las mujeres de su profesión e iniciar una lucha por la
dignidad de todas ellas, organizando a sus compañeras y liderando un
grupo que decidió encontrar un hogar en el cual pudieran pasar sus
últimos días en un ambiente de seguridad y calidez.
Foto: Malcolm Venville
Foto: Malcolm Venville
De esta manera, el proyecto Casa Xochiquetzal se creó en 2006 “para dar
respuesta a las necesidades de trabajadoras sexuales de la tercera edad
que excluidas de la sociedad y de sus propias familias tenían que pasar
la noche en calles”, dice el sitio web en el que esta historia es
contada como prueba de que los años dejan caer su peso sobre todos y, en
el caso de las trabajadoras sexuales, es implacable en la mayoría de
los casos.
“En agosto del 2009 se crea la asociación civil ‘Mujeres, Xochiquetzal
en lucha por su dignidad, A.C.’, que a la fecha –dice el sitio– opera el
proyecto con muchas dificultades para poder solventar los gastos del
personal que atiende el albergue, así como las necesidades de las
habitantes.”
Es entonces que entra en escena el director y fotógrafo Malcolm
Venville, quien se dio a la tarea de realizar un proyecto fotográfico
tan riguroso e igualmente audaz, visitado las mujeres de Casa
Xochiquetzal. Así, sin vergüenza por sus cuerpos que muestran claramente
los signos de los tiempos, estas mujeres posan delante de la cámara de
Venville e irradian tal alegría que opacan las historias sórdidas que
las han marcado tras trabajar durante décadas en las calles de la
capital de México.
Fue así que surgió el libro The Women of Casa X (Las mujeres de la casa
X), un recorrido visual de 112 páginas, editado por Schilt Publishing,
que acaba de ser publicado hace apenas unas semanas y reúne los retratos
de algunas de las integrantes de este refugio ubicado en el corazón de
uno de los lugares más enigmáticos del México contemporáneo.
El fotógrafo británico realizó un registro crudo de una realidad
desquiciada. Sin embargo, como complemento a las imágenes de Venville
también se encuentran una serie de entrevistas sorprendentemente francas
con las mujeres de la Casa Xochiquetzal realizadas por la escritora
mexicana Amanda de la Rosa. Estos son los retratos y testimonios de
treinta y cinco sobrevivientes del monstruo de la ciudad, las cuales
tienen mucho que decir acerca del México que horroriza, además del lado
más oscuro de la naturaleza del ser humano y de lo que –en general–
significa la vida en un barrio pobre en América Latina.
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Las mujeres de la “Casa
X”, un crudo registro fotográfico de las prostitutas retiradas de la
Ciudad de México
Por: Redacción / Sinembargo - diciembre 2 de 2013 - 0:00
De revista, Fama, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 38 comentarios
Foto: Malcolm Venville
Foto: Malcolm Venville
Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).- A tan sólo unas cuadras
de distancia de las atracciones turísticas, al norte del Centro
Histórico de la Ciudad de México, se encuentra lo que, con facilidad y
sin el conocimiento profundo, es catalogado llanamente como un “área
problemática”; un sitio del que incluso las personas que han estado toda
su vida en la capital, se alejan de él cuando cae la noche, pero que no
por ello deja de ejercer cierta fascinación entre los que no son
naturales del lugar.
De esta manera, las leyendas –ya sean ciertas o mal infundadas– sobre
Tepito indican que este barrio bravo enclavado en el corazón de la
colonia Morelos es un microcosmos autosuficiente y dicen (los que saben)
que en ninguna parte la sensación de vida es más real que aquí. La
historia le da cierta razón a la afirmación y, si bien, en sus cinco
siglos de existencia la zona que ya no es el imperio Azteca, no quita el
hecho que en ella incluso los conquistadores y las instancias legales
hayan sido sometidos.
Justo en el centro del barrio se encuentra la Casa Xochiquetzal, el
primer refugio para prostitutas institucionalizado, reconocido por el
Estado en la región de América Latina. Sin embargo, el surgimiento de
este espacio no fue producto de la casualidad, la chispa decisiva para
su creación se dio en Carmen Muñoz quien –luego de pasar una noche por
las calles oscuras de la Ciudad de México en busca de clientes– se
encontró con dos colegas suyas durmiendo en la calle, cubiertas con
periódicos. Ambas tenían aproximadamente dos tercios de su vida de casi
60 años dedicadas a trabajar en las calles. Sus familias y la sociedad
las habían dejado en el olvido, abandonadas a su suerte.
Así con esta historia de casi cuarenta años de dar servicio a
carniceros, porteros, recolectores de basura e incluso a delincuentes
fue Carmen se enfrentó a la triste realidad del retiro por la dolorosa
vía del olvido. Fue así que decidió enfrentar a su propio destino y al
de la mayoría de las mujeres de su profesión e iniciar una lucha por la
dignidad de todas ellas, organizando a sus compañeras y liderando un
grupo que decidió encontrar un hogar en el cual pudieran pasar sus
últimos días en un ambiente de seguridad y calidez.
Foto: Malcolm Venville
Foto: Malcolm Venville
De esta manera, el proyecto Casa Xochiquetzal se creó en 2006 “para dar
respuesta a las necesidades de trabajadoras sexuales de la tercera edad
que excluidas de la sociedad y de sus propias familias tenían que pasar
la noche en calles”, dice el sitio web en el que esta historia es
contada como prueba de que los años dejan caer su peso sobre todos y, en
el caso de las trabajadoras sexuales, es implacable en la mayoría de
los casos.
“En agosto del 2009 se crea la asociación civil ‘Mujeres, Xochiquetzal
en lucha por su dignidad, A.C.’, que a la fecha –dice el sitio– opera el
proyecto con muchas dificultades para poder solventar los gastos del
personal que atiende el albergue, así como las necesidades de las
habitantes.”
Es entonces que entra en escena el director y fotógrafo Malcolm
Venville, quien se dio a la tarea de realizar un proyecto fotográfico
tan riguroso e igualmente audaz, visitado las mujeres de Casa
Xochiquetzal. Así, sin vergüenza por sus cuerpos que muestran claramente
los signos de los tiempos, estas mujeres posan delante de la cámara de
Venville e irradian tal alegría que opacan las historias sórdidas que
las han marcado tras trabajar durante décadas en las calles de la
capital de México.
Fue así que surgió el libro The Women of Casa X (Las mujeres de la casa
X), un recorrido visual de 112 páginas, editado por Schilt Publishing,
que acaba de ser publicado hace apenas unas semanas y reúne los retratos
de algunas de las integrantes de este refugio ubicado en el corazón de
uno de los lugares más enigmáticos del México contemporáneo.
El fotógrafo británico realizó un registro crudo de una realidad
desquiciada. Sin embargo, como complemento a las imágenes de Venville
también se encuentran una serie de entrevistas sorprendentemente francas
con las mujeres de la Casa Xochiquetzal realizadas por la escritora
mexicana Amanda de la Rosa. Estos son los retratos y testimonios de
treinta y cinco sobrevivientes del monstruo de la ciudad, las cuales
tienen mucho que decir acerca del México que horroriza, además del lado
más oscuro de la naturaleza del ser humano y de lo que –en general–
significa la vida en un barrio pobre en América Latina.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/02-12-2013/830918. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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Las mujeres de la “Casa
X”, un crudo registro fotográfico de las prostitutas retiradas de la
Ciudad de México
Por: Redacción / Sinembargo - diciembre 2 de 2013 - 0:00
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Foto: Malcolm Venville
Foto: Malcolm Venville
Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).- A tan sólo unas cuadras
de distancia de las atracciones turísticas, al norte del Centro
Histórico de la Ciudad de México, se encuentra lo que, con facilidad y
sin el conocimiento profundo, es catalogado llanamente como un “área
problemática”; un sitio del que incluso las personas que han estado toda
su vida en la capital, se alejan de él cuando cae la noche, pero que no
por ello deja de ejercer cierta fascinación entre los que no son
naturales del lugar.
De esta manera, las leyendas –ya sean ciertas o mal infundadas– sobre
Tepito indican que este barrio bravo enclavado en el corazón de la
colonia Morelos es un microcosmos autosuficiente y dicen (los que saben)
que en ninguna parte la sensación de vida es más real que aquí. La
historia le da cierta razón a la afirmación y, si bien, en sus cinco
siglos de existencia la zona que ya no es el imperio Azteca, no quita el
hecho que en ella incluso los conquistadores y las instancias legales
hayan sido sometidos.
Justo en el centro del barrio se encuentra la Casa Xochiquetzal, el
primer refugio para prostitutas institucionalizado, reconocido por el
Estado en la región de América Latina. Sin embargo, el surgimiento de
este espacio no fue producto de la casualidad, la chispa decisiva para
su creación se dio en Carmen Muñoz quien –luego de pasar una noche por
las calles oscuras de la Ciudad de México en busca de clientes– se
encontró con dos colegas suyas durmiendo en la calle, cubiertas con
periódicos. Ambas tenían aproximadamente dos tercios de su vida de casi
60 años dedicadas a trabajar en las calles. Sus familias y la sociedad
las habían dejado en el olvido, abandonadas a su suerte.
Así con esta historia de casi cuarenta años de dar servicio a
carniceros, porteros, recolectores de basura e incluso a delincuentes
fue Carmen se enfrentó a la triste realidad del retiro por la dolorosa
vía del olvido. Fue así que decidió enfrentar a su propio destino y al
de la mayoría de las mujeres de su profesión e iniciar una lucha por la
dignidad de todas ellas, organizando a sus compañeras y liderando un
grupo que decidió encontrar un hogar en el cual pudieran pasar sus
últimos días en un ambiente de seguridad y calidez.
Foto: Malcolm Venville
Foto: Malcolm Venville
De esta manera, el proyecto Casa Xochiquetzal se creó en 2006 “para dar
respuesta a las necesidades de trabajadoras sexuales de la tercera edad
que excluidas de la sociedad y de sus propias familias tenían que pasar
la noche en calles”, dice el sitio web en el que esta historia es
contada como prueba de que los años dejan caer su peso sobre todos y, en
el caso de las trabajadoras sexuales, es implacable en la mayoría de
los casos.
“En agosto del 2009 se crea la asociación civil ‘Mujeres, Xochiquetzal
en lucha por su dignidad, A.C.’, que a la fecha –dice el sitio– opera el
proyecto con muchas dificultades para poder solventar los gastos del
personal que atiende el albergue, así como las necesidades de las
habitantes.”
Es entonces que entra en escena el director y fotógrafo Malcolm
Venville, quien se dio a la tarea de realizar un proyecto fotográfico
tan riguroso e igualmente audaz, visitado las mujeres de Casa
Xochiquetzal. Así, sin vergüenza por sus cuerpos que muestran claramente
los signos de los tiempos, estas mujeres posan delante de la cámara de
Venville e irradian tal alegría que opacan las historias sórdidas que
las han marcado tras trabajar durante décadas en las calles de la
capital de México.
Fue así que surgió el libro The Women of Casa X (Las mujeres de la casa
X), un recorrido visual de 112 páginas, editado por Schilt Publishing,
que acaba de ser publicado hace apenas unas semanas y reúne los retratos
de algunas de las integrantes de este refugio ubicado en el corazón de
uno de los lugares más enigmáticos del México contemporáneo.
El fotógrafo británico realizó un registro crudo de una realidad
desquiciada. Sin embargo, como complemento a las imágenes de Venville
también se encuentran una serie de entrevistas sorprendentemente francas
con las mujeres de la Casa Xochiquetzal realizadas por la escritora
mexicana Amanda de la Rosa. Estos son los retratos y testimonios de
treinta y cinco sobrevivientes del monstruo de la ciudad, las cuales
tienen mucho que decir acerca del México que horroriza, además del lado
más oscuro de la naturaleza del ser humano y de lo que –en general–
significa la vida en un barrio pobre en América Latina.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/02-12-2013/830918. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/02-12-2013/830918. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
RAHAB
ResponderEliminar1. (Heb. Ra‧jáv, posiblemente: Ancha; Espaciosa.) Prostituta de Jericó que se hizo adoradora de Jehová. En la primavera del año 1473 a. E.C., dos espías israelitas entraron en Jericó y se alojaron en su casa. (Jos 2:1.) No se dice cuánto tiempo permanecieron allí, pero Jericó no era tan grande como para que tardaran mucho en espiarla.
El relato dice que esta mujer los protegio e hizo un trato con los Israelistas de protegerlos a cambio de que Ella y su familia no fueran muertos a manos de estos y así fue según el relato Bíblico, Dios le concedio la vida y se retiro de esa profesión saludos Rafa un abrazo